Chile Guajillo Seco

Chile guajillo seco: color profundo, sabor terroso y toque dulce que transforma

Con su piel tersa y brillante de tono rojizo oscuro, el chile guajillo es uno de los pilares de la cocina tradicional mexicana. Su sabor es suave pero lleno de matices: ligeramente dulce, con notas a frutos secos, tierra húmeda y un dejo ahumado que lo hace ideal para dar profundidad a salsas, adobos y guisos.

Principales productores:
En México, el chile guajillo se cultiva principalmente en los estados de Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí y Durango. Tras la cosecha, los chiles se secan al sol cuidadosamente, lo que permite conservar su color y sus aceites esenciales, responsables de su aroma y sabor característicos.

Lo que lo hace especial:
Aporta un picor muy suave, lo que lo hace apto para paladares sensibles. Es rico en antioxidantes, vitamina A y compuestos fenólicos. Su piel fina y su carne firme permiten un buen rendimiento al remojarse o licuarse, ideal para formar bases espesas, sabrosas y de color vibrante.

Ideas para usarlo:
Perfecto para salsas rojas tradicionales, moles suaves, caldos, marinados y adobos. También puede usarse en polvo para sazonar carnes o vegetales. Su versatilidad lo hace indispensable en platillos como birria, pozole rojo, tinga, enchiladas y consomés.

Dato gourmet:
En la alta cocina mexicana, el chile guajillo se infunde en aceites aromáticos, se incorpora en masas para tamales y se usa como base para glaseados de carnes o reducciones de salsas dulces con piloncillo. Su equilibrio entre dulzor y calidez lo hace ideal para reinterpretaciones modernas de recetas tradicionales.