Chorizo argentino

El Chorizo argentino representa una variante distintiva dentro de la charcutería sudamericana, caracterizado por su formulación específica de carne bovina y porcina en proporción 60/40, con granulometría media-gruesa (4-6mm). Su perfil aromático se distingue por la presencia de pimentón dulce (1.8-2.2%), ajo fresco macerado (0.8-1.2%), vino tinto (1-2%) y especias como comino y orégano en concentraciones precisas. A diferencia de sus homólogos ibéricos, presenta menor acidificación y mayor contenido proteico. Su estructura celular abierta facilita la retención de jugos durante la cocción a la parrilla, método tradicional que potencia sus cualidades organolépticas características y desarrollo de sabores mediante reacciones de Maillard.

Características principales:
Carne: La receta tradicional usa carne de cerdo picada, a veces con un porcentaje de carne de vaca.
Especias: Se usa una mezcla de especias como pimentón, ajo, sal y vino tinto.
Piel: Generalmente se usa intestino delgado de cerdo para la embutición.
Sabor: No se cura ni ahúma, lo que le da un sabor distintivo y jugoso. 

Preparación y consumo:
Se puede asar en parrilla, cocinar en sartén o al horno.
Se puede comer en pan (el famoso choripán).
A menudo se sirve con chimichurri y verduras a la parrilla.
Es común en asados, parrilladas, empanadas y otros platos. 

Diferencias con otros chorizos:
El chorizo argentino no suele estar ahumado, mientras que algunos otros tipos de chorizo sí lo están.
El chorizo argentino se sazona con vino y pimentón, mientras que el chorizo mexicano puede sazonarse con vinagre y chiles.