Cola De Langosta Fresca

Cola de langosta fresca: elegancia marina, sabor que deslumbra

Un bocado de lujo con sabor inconfundible. La cola de langosta fresca representa lo mejor del mar, con una carne firme, blanca y ligeramente dulce que seduce desde el primer momento. Su textura delicada y su versatilidad en la cocina la convierten en el centro de atención en cualquier preparación especial.

Origen y método de obtención:
Esta langosta es capturada en las aguas templadas del Caribe mexicano y del Pacífico, principalmente en zonas como Baja California Sur y la Península de Yucatán. Se selecciona cuidadosamente para ofrecer colas de tamaño adecuado y frescura destacable, siguiendo prácticas responsables de pesca.

Lo que la hace especial:
La cola de langosta ofrece una carne tersa, jugosa y de sabor limpio, con notas dulces y salinas que evocan el mar. Es una excelente fuente de proteína de alta calidad, baja en grasas y rica en minerales como zinc, selenio y fósforo. Su carne blanca y firme resalta tanto por sabor como por presentación.

Ideas para usarla:
Ideal para preparaciones al horno, a la parrilla o al vapor. Puede servirse acompañada de mantequilla derretida con ajo y perejil, salsas cítricas o reducciones de vino blanco. También se utiliza en tacos de mariscos gourmet, cremas, pastas o montajes sobre risotto. Su carne se presta para platos sofisticados y memorables.

Dato gourmet:
En algunos platillos tradicionales de la cocina del sureste mexicano, la langosta se sirve acompañada de salsas a base de achiote o chiles secos. También es protagonista en cenas especiales de zonas costeras como Holbox y Cozumel, donde se asocia con celebraciones locales.

Salubridad y calidad:
Este producto ha sido manejado bajo controles de calidad e higiene durante todo su proceso, desde la selección hasta la conservación, garantizando que conserve sus propiedades sensoriales y se mantenga en condiciones óptimas al llegar a tu mesa.