Elote blanco

Elote blanco fresco: sabor tradicional y textura que nutre

Grano firme, sabor menos dulce y un aroma que remite al campo mexicano. El elote blanco es el maíz tierno más utilizado en platillos tradicionales, apreciado por su textura consistente y su capacidad para conservar su forma al cocinarse. Es símbolo de identidad, alimentación y sabor en todo el país.

Principales productores:
En México, los principales estados productores de elote blanco son Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Michoacán. Se cultiva especialmente durante la temporada de lluvias, cuando los maizales alcanzan su punto óptimo para la cosecha tierna. Es común verlo en mercados locales entre junio y octubre.

Lo que lo hace especial:
A diferencia del elote amarillo dulce, el elote blanco tiene un sabor más neutro y una textura más firme, lo que lo hace ideal para preparaciones saladas. Aporta carbohidratos complejos, fibra, pequeñas cantidades de proteína vegetal, y minerales como magnesio y fósforo. Es saciante y nutritivo, perfecto para recetas completas.

Ideas para usarlo:
Puede hervirse entero o desgranarse para preparar esquites, sopas, tamales, tlaxcales, guisos con chile, o tortitas. Es muy común en caldos de pollo, chileatoles, atoles salados y como base para salsas o cremas de maíz. También puede combinarse con rajas, calabacitas, frijoles o flor de calabaza.

Dato gourmet:
En la cocina mexicana contemporánea, el elote blanco ha sido reinterpretado en platillos como cremas rústicas con chile pasilla, panqués de maíz blanco con mantequilla de rancho, o rellenos para chiles anchos con hongos y maíz. Su sabor menos dulce lo convierte en un lienzo perfecto para contrastes intensos y técnicas modernas que respetan su raíz campesina.