Papa Blanca

Papa blanca fresca: versatilidad y sabor en cada bocado.

Suave, neutra y siempre confiable. La papa blanca es ese ingrediente que combina con todo y nunca falla. Desde preparaciones simples hasta platillos elaborados, su textura cremosa y su capacidad para absorber sabores la convierten en una favorita tanto en la cocina tradicional como en la contemporánea.

Principales productores:
En México, la papa se cultiva en diversos estados, siendo Sinaloa, Sonora, Veracruz, Estado de México y Puebla los principales productores. Estas regiones cuentan con climas templados y suelos ricos que favorecen cosechas de excelente calidad durante gran parte del año.

Lo que la hace especial:
La papa blanca tiene una pulpa suave y una piel delgada que permite usarla con o sin pelar. Es rica en carbohidratos complejos, fuente de energía de liberación lenta. También aporta vitamina C, potasio y pequeñas cantidades de fibra y proteína vegetal. Su sabor neutro la hace ideal para combinar con casi cualquier ingrediente.

Ideas para usarla:
Puede hervirse, hornearse, freírse, cocerse al vapor o asarse. Es base de guarniciones, sopas, purés, ensaladas frías, tortillas, caldos y platillos tradicionales como el caldo tlalpeño o el mole de olla. En papas al horno con hierbas o papas gratinadas, también encuentra su lugar en preparaciones más elaboradas.

Dato gourmet:
La papa blanca es especialmente valorada por su textura cremosa al cocinarse, lo que la hace perfecta para purés suaves o papas aplastadas al horno. En cocina gourmet, se utiliza para crear mousselines, gnocchis artesanales o como base para croquetas y cremas aterciopeladas.