Piña

Piña fresca: acidez tropical, dulzura vibrante y frescura que resalta

Jugosa, aromática y con un balance perfecto entre dulzura y acidez, la piña es una fruta tropical que revitaliza cualquier platillo. Ya sea en su forma natural o como parte de recetas cocinadas, su textura firme y su perfil cítrico la convierten en una de las frutas más versátiles de la cocina mexicana.

Principales productores:
En México, la piña se produce principalmente en Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Quintana Roo. Veracruz destaca como líder nacional gracias a sus condiciones tropicales que permiten cosechas continuas, especialmente de la variedad “piña miel”, conocida por su sabor dulce y su pulpa dorada.

Lo que la hace especial:
La piña es rica en vitamina C, bromelina (una enzima que favorece la digestión), antioxidantes, fibra y agua. Es refrescante, baja en calorías y con propiedades antiinflamatorias. Su sabor equilibrado permite usarla tanto en platillos dulces como salados.

Ideas para usarla:
Puede servirse fresca en rodajas, en jugos, licuados o como parte de ensaladas tropicales. También es excelente asada, en ceviches, guarniciones con chile en polvo, salsas agridulces o postres como empanadas, nieves, tartas y mermeladas. Se combina especialmente bien con cerdo, pollo, camarón, coco y hierbas frescas.

Dato gourmet:
En la cocina mexicana contemporánea, la piña ha sido incorporada en platillos como tacos de pescado con piña asada, vinagretas cítricas con chile guajillo, salsas para cerdo al horno o como topping en tostadas de ceviche. Su capacidad para contrastar sabores picantes y aportar frescura la convierte en un ingrediente estrella en menús modernos con inspiración tropical.